lunes, 13 de septiembre de 2010




3- "LAS MENINAS"

.
(rumbo al cierre de noviembre)Carta a Andrea Servera 

desde el antiguo Alcázar


Disparador III

"Velázquez, cazador de alondras"
(o "Las meninas", después de Lacan)




Señora
Andrea Servera,
artista

Presente:


La sé, más que coreógrafa, poeta del espacio.

Luego: confío en que sabrá usted transitar este tiempo más por sus resonancias que por sus entendimientos.
.
No me andaré con vueltas: le escribo en la esperanza de que pueda usted resolver el caso (¿he de agregar "extraño" para involucrarla mejor?...) de este cuadro:



No es asunto policial, por cierto. Mire, no podría ahora abundar en detalles, pero en principio le rogaría que no dé crédito a todo lo que allí vea.

Créame si le digo que desde hace siglos el cuadro se ha llenado de alondras.


(habrá oído usted del antiguo entretenimiento que consiste
en cazar a esos pájaros angurrientos de luz fascinándolos con falsos espejos.
Se sabe:
las alondras no pueden resistirse al estallido dulzón de unos rayos luminosos.
Un instante después y ya siempre es tarde para ellas:
las redes las envuelven como a moscas en la miel).

Así sucede también desde hace siglos en El Prado con "Las meninas":
las alondras del Museo se embelesan con las luces barrocas.
Y a joderse.
O no (Servera, tengo para mí
que esos pájaros
prefieren enredarse en los espejos
que asomarse al carozo crudo del asunto)


Como sea, y hasta aquí llegaré hoy: existe un espacio, una hendidura
(otro día verá por qué destaco esta palabra)
que ha sido astutamente velada por ese diablo de Velázquez.

Una grieta que Lacan intuyó,
imperceptible a la vista
pero no a la agitación de los cuerpos,
y que, tengo para mí,
sólo puede atraparse en escena.


Sígame Andrea, por favor, trataré de indicarle la zona...


Se trata de un entre.Una fisura invisible
que sucede en las cercanías
de un triángulo tridimensionalal que le ruego lo considere con su debida profundidad
(no se engañe con la planicie del cuadro).Se extiende de atrás para adelante
o de adelante para atrás,
como guste



Sus tres vértices:

el "ombligo" del espejo,
el puño de José Nieto (punto de fuga del cuadro)

y


el ojo derecho de la infanta Margarita
.



(¡escucho pasos en palacio!)
Sólo permítame agregar
que en esa zona está la clave que acaso usted pueda deletrear en escena.
Debo dejarla ya mismo.
Créame, Andrea,
que si he confiado en usted es con una certeza:

sólo la poesía en el espacio
podrá corregir el vuelo
de la próxima alondra.



Desde el antiguo Alcázar,
la saludo
hasta el próximo contacto.

El perro














NOTA DE 2013: "Éxtimo", sucedió durante el año 2010, mi agradecimiento a Gaby Fernández Gavilán por acompañarme en todo el trabajo, al espacio de arte Objeto a y a todos los artistas que vinieron a ese patio vecino donde arte y psicoanálisis se juntaban los sábados a enterarse de qué. 


Guillermo Cabado

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